jueves, 17 de mayo de 2012

Para mi pieza perdida del puzzle de mi ser


A ti mi amor, te debo mi alegría, mi fuerza de vivir. Eres, por todas esas cosas que pones en mi vida, la esperanza que me mueve. Tu sonrisa, tus abrazos... ese despertar que me inunda de besos y que yo nunca disfruto pues el sueño me atrapa, tus caricias al despertar, ese desayuno compartido, tu forma de mirarme, como si nada ni nadie existiera en el mundo más que yo.

Eres, mi amor, el ser más especial que jamás encontré, mi alma gemela, aquel con el que me siento completo y a quien también siento completo por mi causa. La verdadera luz de mi existencia, mi refugio, aquel a quien puedo entregar mi mente, mi corazón y mi cuerpo, mi persona entera está entregada a ti.

Te amo como jamás he amado, y lo más sorprendente es que cada día te amo más profundamente. Eres la ilusión de una vida compartida y fructuosa en el mutuo acompañamiento, crecimiento y enriquecimiento personal.

Hoy amor, quiero recordar cuanto te amo, para así ser fuerte para seguir luchando por nuestra vida juntos. Mi deseo hoy es que podamos vivir juntos hasta nuestra vejez, cuando inevitablemente tengamos que despedirnos, pero que vivamos en un mundo donde amores como el nuestro no sean noticia ni escándalo, que solo se vea a dos personas que se aman y caminan juntas por la vida.

Gracias por tanta felicidad que has puesto en mi vida... aunque es de Pablo Neruda, cuando lo leí supe que hablaba del volcán de sentimientos que hay en mi corazón, porque en mi corazón solo estás tu.



Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo
y por las calles voy sin nutrirme, callado,
no me sostiene el pan, el alba me desquicia,
busco el sonido líquido de tus pies en el día.

Estoy hambriento de tu risa resbalada,
de tus manos color de furioso granero,
tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,
quiero comer tu piel como una intacta almendra.

Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
la nariz soberana del arrogante rostro,
quiero comer la sombra fugar de tus pestañas

y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo
buscándote, buscando tu corazón caliente
como un puma en la soledad de Quitratúe.

Pablo Neruda

1 comentario:

  1. Gracias por la presentacion de esos bello ejemplares de osos pues me gustaria solo uno y poder pasarla bien....

    ResponderEliminar

Vuestros comentarios son bienvenidos¡¡¡