Para calmar la sed y el hambre de pasión, nada como acudir a la fuente de la vida, la que nos entrega el preciado elixir de nuestro amante. Si sabemos acogerla bien, darle calor, acariciarla con nuestros labios húmedos, deslizar nuestra lengua por su palpitante tronco... acogerla dentro de nosotros, seguro que nos regala una buena dosis de nuestro elixir, custodiado por nuestro amante y que estalla en nuestro interior como signo de una entrega total al amor y a la pasión que compartimos...
excitante¡¡¡¡¡ haces un comentario muy acertado y que poses entrega y pasión amorosa POR EL AMOR DE DIOS estoy a punto de ser infiel guauuuu¡¡¡
ResponderEliminarabrazos pasionales para tod@s
atte: Cèsar
Que delicia seme para y se me llena la boca de saliba
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