De nuevo volvemos al mundo del cómic de la mano de una clásico. ¿Quien no ha oído hablar de Tom of Finland, de sus tiarrones y de lo morboso de sus historias? Una de las características de estos cómics que más me gusta es la capacidad comunicativa de unas viñetas en las que no está presente el texto.
Ciértamente no dejan de ser una fantasía, pero amigos, ¿acaso el cómic tiene que ajustarse a la realidad? Tom of Finland nos introduce en la fantasía gay por antonomasia, en unos tiempos de incipiente libertad rodeado de represión... Quizá excesivo, pero siempre genial
tienes razon no tiene que tener dialogo para expresar.
ResponderEliminarme muero por ver mas