lunes, 23 de abril de 2012

El huésped no invitado

The uninvited guest
Esta hora nocturna propia todo tipo de fantasías... ¿Quien no ha deseado en la oscuridad de la noche y envuelto en los primeros sopores del sueño, ser sorprendido por ese hombre al que tenemos idealizado? Ese hombre extremadamente masculino, con un punto dominante y salvaje, ese aspecto que nos atemoriza pero que al mismo tiempo nos atrae. Una fantasía perturbadora que emborracha nuestro sueño y nos introduce en la autoprohibición de nuestro mundo onírico.

Sí... me dejo llevar y ya siento su olor... el roce de su piel, la tensión de sus músculos y sus manos grandes y fuertes que me toman y me acercan a él... adivino en la estrechez de la distancia la dureza de su miembro que deseo con desenfreno... Sí, me abandono a él.


1 comentario:

  1. El deseo no necesita invitación, aparece y se asoma por la ventana abierta de la insatisfacción. Le abres la puerta y le dejas entrar. Penetra todos tus recintos,
    te invade y domina, no lo puedes dejar más.
    Él es el vencedor de todos nuestros muros y paredes que derrite con su irresistible calor.
    Salvaje y poderoso, lo debemos aceptar

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